Rocío - Asistente de Comunidad Infantil
Desde que era niña, siempre sentí una conexión especial con los más pequeños. Me encantaba jugar con ellos, escucharlos y acompañarlos en sus descubrimientos. En mi familia, solía cuidar de los más pequeños y disfrutaba ver cómo aprendían algo nuevo cada día o cómo su imaginación transformaba lo cotidiano en algo mágico. Esa conexión natural con los niños, junto con mi sensibilidad para entender sus emociones y necesidades, fue lo que despertó mi amor por ellos desde muy temprana edad.
Conforme fui creciendo, me di cuenta de que los niños no solo necesitan cuidado, sino también guía y un entorno que les permita desarrollarse plenamente como personas. Esta comprensión fortaleció mi deseo de dedicarme a su educación y bienestar. Cada sonrisa, cada pregunta curiosa, cada paso que dan hacia su crecimiento personal me llena de una alegría y satisfacción incomparables. Este amor por los niños es lo que me inspira a ser una presencia positiva en sus vidas, ayudándolos a desarrollar su potencial, a sentirse valorados y a construir su confianza en un mundo lleno de posibilidades. Es un amor que nació en mi infancia y que se ha convertido en la base de mi vocación y propósito.
Decidí ser profesora de infantil porque creo firmemente en el impacto que los primeros años de vida tienen en el desarrollo de una persona. La infancia es una etapa mágica y crucial en la que se siembran las bases del aprendizaje, las emociones y los valores que nos acompañan toda la vida. Quise ser parte
de ese proceso, ayudando a guiar, inspirar y nutrir ese potencial. Además, ser maestra de infantil me permite aportar en un área que considero esencial: enseñar con amor, paciencia y respeto, y ofrecer a cada niño un entorno donde se sienta seguro, valorado y motivado para aprender.
Teniendo claro la vocación que tenía por los más pequeños, emprendí el camino de estudiar el grado universitario de Educación Infantil. Al empezar las prácticas universitarias me iba reafirmando en el
amor tan grande que sentía por los niños y niñas que me rodeaban, siempre hacían que en mis días malos saliera el sol. Al finalizar la carrera universitaria tenía la necesidad de seguir acompañando a los niños y niñas de alguna manera, por lo que decidí montar una escuela de verano durante varios años
en mi urbanización. Tras varios años de formaciones en cursos educativos y realizando un Máster en Psicopedagogía decidí en Enero de 2023 irme a Irlanda a una Creche Montessori (Escuela Infantil de
0-5 años), empezando allí a involucrarme en la filosofía y método Montessori.