En la metodología Montessori, la vida práctica es una parte integral de la educación de los niños y se centra en el desarrollo de habilidades prácticas y de cuidado personal que son esenciales para la vida diaria. Estas habilidades incluyen tareas como vestirse y desvestirse, atarse los zapatos, alimentarse y mantener su espacio y sus pertenencias en orden.
Uno de los beneficios más importantes de la vida práctica en Montessori es que fomenta la independencia de los niños. Al darles la oportunidad de realizar tareas prácticas por sí mismos, los niños aprenden a confiar en sus propias habilidades y a sentirse capaces y competentes.